Maye Mac-Swiney era la más pequeña de su familia. Si abrieseis el armario de su casa en México, os encontraríais entre la ropa una televisión, acompañada por una consola de Atari, una NES y una Super Nintendo en cada balda. En un día normal y corriente, encontraríais a Maye, su hermano y su hermana jugando a través de las puertas del armario a Duck Hunt, Mario Kart o a cualquiera de los cientos de títulos que hacen sentir nostalgia a toda una generación de jugadores del mundo entero.
Maye comenta: "Los primeras recuerdos que tengo de los videojuegos los viví junto a mi hermano y mi hermana, que tenían seis y nueve años más que yo respectivamente. Nuestra diferencia de edad hacía que no pudiese ni soñar con ganarles, pero recuerdo esos momentos con mucho cariño. Estaban en cursos de la escuela muy superiores al mío y les preocupaban cosas totalmente distintas, pero los videojuegos nos servían para conectar, aunque me diesen una paliza".
Con los años, Maye llegó a ponerse a su nivel y, más adelante, los superó. Sin duda alguna, trabajar en el mundo de los videojuegos la ayudó a conseguirlo. Lleva formando parte de dicha industria más de una década y, desde hace unos años, se ha convertido en la directora de comunicaciones de marketing de la península ibérica, en nuestra oficina de Barcelona.
Maye explica: "Después de graduarme en la Universidad de Monterrey, viajé a Europa para celebrar que había terminado la carrera. En aquella época, soñaba con mudarme a Francia. Tras un tiempo, decidí que Francia no era para mí y comencé a explorar otras ciudades europeas. Barcelona fue la última parada de mi viaje. En mi opinión, es la ciudad más bonita del mundo. En ese momento, me propuse mudarme allí".
En 2007, movió ficha al encontrar trabajo como planificadora de eventos en Barcelona. Actualmente, sigue en la ciudad y no tiene pensado marcharse de momento. Tras unos años trabajando en el campo de la educación, Maye recibió su primera oportunidad en el mundo de los videojuegos.
Maye recuerda: "Encontré una empresa emergente que ofertaba un producto con licencia oficial de Minecraft llamado 'Gameband'. Aunque me encantaban los videojuegos cuando era pequeña, me había apartado un poco de ellos con el paso de los años. Sin embargo, cuando conseguí este trabajo, me enamoré perdidamente de la industria. Me encantaba ver la pasión de los jugadores y cómo se le iluminaba la mirada a los niños cuando acudían a los eventos de Minecraft y conocían a sus desarrolladores. A lo largo de los años, eso es lo que he buscado en esta industria: quiero estar siempre en contacto con los jugadores".
En Riot, nos parece importante contar con Rioters entregados allá donde haya jugadores. En las más de 20 oficinas que tenemos repartidas por todo el mundo, los Rioters ayudan a crear experiencias personalizadas y se aseguran de que Riot preste atención a las opiniones de los jugadores de su región. El equipo de Barcelona se centra en los jugadores de España, Portugal e Italia concretamente.
Cosas en común entre culturas
Habiendo pasado su infancia en México y su vida adulta en España, Maye ha vivido la mayor parte del tiempo rodeada por dos culturas cuyas historias se entrelazan.
Maye comparte: "Los jugadores españoles y los latinoamericanos se parecen muchísimo. Ambos son muy apasionados, orgullosos y ruidosos. Además, creo que el hecho de que compartamos un mismo idioma hace que nuestras culturas se apoyen entre sí. Siempre que veo los esports de VALORANT, me encuentro a fans españoles que animan a los equipos de Latinoamérica, y viceversa. Existe un vínculo gracias a nuestro idioma, nuestras culturas y nuestra pasión".
Aunque España y México compartan un mismo idioma, el español ha evolucionado mucho a lo largo de los siglos y adoptado estilos únicos en toda Latinoamérica.
Maye ríe: "Cuando vine a Barcelona por primera vez, pensé: 'Aquí hablan el mismo idioma, ¡esto va a ser pan comido!'. No tardé en descubrir que, en Barcelona, se habla catalán y que los barceloneses mezclan el catalán y el español. De hecho, aunque solo utilizasen el español, hay muchísimas diferencias entre el castellano, el español de México y el español de América. Esto suele provocar un montón de malentendidos desternillantes en la oficina, porque digo palabras que jamás han escuchado".
Aunque ha pasado la mayor parte de su vida adulta en Barcelona, Maye está orgullosa de ser mexicana.
Maye comenta: "Tengo dos nacionalidades, la española y la mexicana, pero, en el fondo, soy una mexicana de pura cepa. Somos un pueblo orgulloso, pero no nos da miedo reírnos de nosotros mismos, y eso me representa. No le hago ascos a un chiste sobre un estereotipo ni a las situaciones graciosas, pero estoy increíblemente orgullosa de ser mexicana".
Impulsando la representación en los juegos
Durante mucho tiempo, en los juegos se representaba a los mexicanos mediante estereotipos. Dado que se crio en México, durante muchos años Maye no se vio representada en los juegos a los que jugaba.
Maye explica: "Cuando era pequeña, no existía nada que me representase. Por aquel entonces, apenas había mujeres en los videojuegos, a excepción de la princesa Peach esperando a que Mario la salvase. La cultura mexicana siempre estaba representada a través de ciudades como Tijuana con montones de asesinatos. Ahora, en cambio, hay juegos como Guacamelee, un adorable juego independiente de plataformas y lucha sobre lucha libre. Personalmente, me resulta muy reconfortante ver ejemplos de representación como ese".
Durante casi toda la historia de Riot, nuestros personajes han provenido del mundo de Runaterra y, aunque solían estar inspirado por regiones y culturas del mundo real, sus hogares pertenecían claramente al universo de Runaterra. Dado que VALORANT tiene lugar en una versión de la Tierra que, de algún modo, imita a nuestro planeta, sus agentes llevan la representación del mundo real a nuestros juegos.
En el corazón de México creció Reyna, una implacable líder del protocolo VALORANT que recluta a nuevos agentes como Gekko. Gekko, la nuevo incorporación de VALORANT, es un mexicano estadounidense de segunda generación que vive en Los Ángeles.
Crear a personajes que representen fielmente a sus culturas no es algo que Riot se tome a la ligera. Riot Unidos, nuestro grupo de inclusión para Rioters latinoamericanos, ha participado en todo el proceso de diseño de Gekko. De hecho, el logo de Riot Unidos ha aparecido como discreto easter egg en el tráiler del lanzamiento de este agente.
Maye añade: "No importa cuánto tiempo llevéis fuera de vuestro país o lejos de vuestra familia: siempre habrá algo llamándoos para que volváis. Riot Unidos ayuda a que me sienta como en casa en Riot. Me permite juntarme con gente que también ha sufrido mudándose en busca de trabajo lejos de casa. Se trata de un grupo de personas con un talento increíble, que influyen en nuestros juegos y productos aportando sus puntos de vista. Además, se aseguran de que haya gente que se parece a nosotros en nuestros productos. Eso me hace sentir que nuestra cultura, experiencias y puntos de vista importan. Y eso se refleja en nuestros productos. Saber que algún jugador, alguien que está experimentando lo mismo que viví yo de niña, podrá verse reflejado en sus juegos me hace increíblemente feliz".
Todavía nos quedan montones de historias por contar y muchísimos jugadores a los que llegar. Maye sigue recordando con cariño esa época en México cuando intentaba desesperadamente derrotar a sus hermanos mayores jugando en un armario que, para ellos, era como el escenario del Mundial. Al trabajar directamente con jugadores en Barcelona, tanto los juegos como esos mismos jugadores se han convertido en una parte crucial de su vida. ¡Y eso es justo lo que ella quería!
"Más que una etiqueta" es una serie de historias sobre los Rioters que conforman Riot Unidos, nuestro grupo de inclusión para Rioters latinoamericanos. El objetivo de estas historias es reflejar el amplio abanico de puntos de vista, culturas y experiencias de los Rioters por los que está compuesto Riot Unidos. El primer artículo de esta serie trata sobre Priscila Queiroz y su dedicación a crear comunidades en Brasil.